lunes, 16 de octubre de 2017

Un mal deseo de cumpleaños. Parte 1

Gracias a todos por apoyarme, les aseguro que le hechare más ganas y espero les guste el contenido que voy a estar subiendo. Recuerden que si les agrada, comenten, para traerles más historias de su agrado.

Mi hermana y yo, curiosamente cumplimos años un día después del otro. Ella cumple primero, tiene 9 años menos que yo. Este año cumplia 18 años, finalmente mayor de edad, aunque no era algo que me tuviera tan emocionado, para mí era solo una fecha más.
Mi hermana era muy envidiosa, siempre era una niña mimada y muy competitiva.
-Hay hermanote, ya vas a ser un adulto. Quisiera saber qué se siente!
-‎No te preocupes hermana, yo me siento igual, es solo un cumpleaños más y ya.
-‎Pero imagínate las cosas que podrás hacer ya como adulto.
-‎Sabes que no me gusta tanto salir, prefiero estudiar y ver alguna película que irme de briago.
-‎Ya vez, no aprovechas bien tus beneficios, podriás tener una gran fiesta, pero no quieres. No que yo sí quiero y solo me van a hacer algo sencillo. No te imaginas que haría si fuera como tú.
-‎Sigue soñando niñita.
El día después de eso, miss padres me preguntaron que quería de cumpleaños, yo no quería nada, pero para no ser grosero dije que solo una comida y ya. Nos fuimos a dormir, ya que el día siguiente era Sábado y era cumple la de mi hermana. Todo el día se la paso en la casa, invito a sus amiguitas y estuvieron jugando a las princesas y cosas así. Se veía entretenida. Ya más tarde, partimos su pastel y pidió su deseo. Vaya que su envidia llegaba a otros límites.

La mañana siguiente, la de mi cumpleaños, me desperté temprano, el sol me pegó en la cara y sonaba una alarma, eso fue muy raro, ya que yo tenía mi cortina cerrada y no tenía ninguna alarma tal cual, solo la de mi celular. Me levanté a silenciarla cuando al descobijarme y sentarme descubrí que lo que sonaba era el reloj de mi hermana. Lo tomé y ví lo pequeñas que eran mis manos, el reloj parecía enorme. Aprecie mejor el cuarto y me pregunte que hacía aquí. Observé hacia abajo y cuál fue mi sorpresa, estaba en el cuerpo de mi hermana pequeña. No cabía duda, todo era muy grande, podía apreciar como tenía la pijama rosada que ella solía usar. Me toque la cabeza y sentí fuerza en ella, ya que la cola de caballo de su pelirrojo cabello estaba ahí. Me dió uno de los peores sustos de mi vida. Así que salí al pasillo y entre a mi cuarto. Ahí estaba yo, mi cuerpo totalmente dormido, no sabía que roncaba. Me acerqué y lo moví fuertemente para que se despertara. Abrió los ojos y se quedó sorprendido.
-Funcionó!
-‎Que diablos hiciste hermana!!! Porque estoy en tu tonto cuerpo y tú estás en el mío?
-‎Creo que funcionó!
-‎Que funcionó? Tú hiciste esto?
-‎Yo no, fue mi deseo de cumpleaños, se cumplió!
-Que pediste?
-‎Mi deseo fue poder tener un cumpleaños como el tuyo.
-‎Y como explicas esto?
-‎No lo se, tal vez esta es la mejor forma de saberlo.
En ese momento, nuestra madre entro al cuarto.
-Que haces aquí Aurora!
-Vine a darle su abrazo a mi hermano. Le di un abrazo, sentí muy raro abrazarme a mi mismo y sentirme tan grande (Fue lo único que se me ocurrió decir)
-‎Hay mira, que tierna.
-‎Entonces qué vas a querer para hoy, Antonio?
-‎Ahorita que se vaya mi hermana hablamos.
Mi mamá me tomo de la mano y me llevo al cuarto de mi hermana.
-Cambiate, aquí te dejé tu ropa planchada. Deja veo que quiere tu hermano.

Me dejo una truzita blanca con estampados de flores, un corpiño de esos que usan las niñas que aún no tienen pechos, una blusa rosada, una pequeña falda de mezclilla y un par de sandalias rojas.
Ni de broma quería vestir eso, yo casi solo vestía con jeans y ropa negra. Pero no tenía opción. Tome la ropa y me metí a su baño. Procedí a quitarme la pijama rosa. Me di cuenta que no tenía ropa interior, supongo que así dormia mi hermana. Tome las truzas, y las tire al piso, al voltear abajo pude observar la planicie que ahora tenía entre las piernas, el aire paso dándome un estruendoso sentimiento. Solo las subí rápidamente, se sentían ajustadas, pero no incómodas, parecían hechas a la medida y muy suaves. Procedí a tomar el pequeño corpiño y me lo puse, se sentía como una camiseta de tirantes que luego usaba como hombre. Me puse la blusa rosa que le quedaba algo grande, ya solo tomé la falda y me la puse, era muy extraño, no sabía ni como abrocharla, y la corriente que de repente pasaba siempre me estremecía raro. La cerré y ya por último me puse su par de Sandalias rojas, eran muy sencillas, se sentían como unas chanclas cualquiera. Salí del baño y ví un espejo que estaba casi en el piso, así que observé el reflejo y nunca antes en mi vida me había sentido tan humillado. Entro mi mamá y puse pose de enojado.
Me peinó rápidamente y así salimos.


3 comentarios:

  1. Siguelaaa te quedo bien, gracias espero mi cap en la noche, no tienes un facebook para comunicarme mejor contigo

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