Hola a todos, se que deje morir el blog muy feo. Pero siempre he seguido por aquí, desde las sombras. He tenido un poco de tiempo libre e inspiracion. Espero les guste la historia que he estado haciendo, es un poco diferente a lo que había hecho, tengo unos cuantos episodios. Ojalá la lean y alguno comenté a ver si me animo a seguir con esto aunque sea esporádicamente. Un gran saludo a todos
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Soy Edwin hace unos meses cumplí los 19 años. Hace tiempo nos mudamos a un nuevo barrio, a mis padres no les estaba llendo bien con su trabajo y nos tuvimos que cambiar de casa a un lugar donde la renta fuera más barata. Era un barrio más humilde dónde habían personas más peligrosas y sin estudios, para no decirles nacos.
Todo esto estaba siendo un tormento para mí, cada que salía me encontraba con chavos fumando marihuana o tomándose su caguama sentados en las banquetas, ni ganas de salir me daban.
Siempre que salía, una vecina de esas "nenis" trataba de tener contacto conmigo.
Yo trataba de evitarla pero era muy insistente, se ponía en la entrada del departamento y siempre trataba de hacerme la plática. Ella era algo gordita, se didicaba a vender cosas piratas como ropa, bocinas, maquillajes y esas cosas que suelen comprar de moda como peluches de pulpo.
En varias ocasiones trataba de venderme perfumes, que por supuesto, eran piratas y no me interesaban. Ya estaba harto de ella, un día que me fue mal en la escuela, venía de regreso y un par de sujetos me amenazaron y me quitaron los únicos 200 pesos que me quedaban. Fue un pésimo día, y para rematarla, la vecina me detuvo en la entrada.
-"Que paso vecinito, como anda?"
--"Mira, tuve un pésimo día, por favor cállate y déjame entrar a mi casa!"
-"Hay vecinito, porque me habla así, mire, justo aquí tengo este liquidito que le puede ayudar, se le pone unas gotitas a una tasa de té y veera como se soluciona todo"
--"Por favor, deja de estar chingando, una vez más con tus productos piratas de mierda, además me robaron, no tengo dinero y ni me interesa compraré nada, quítate porfavor!"
-"Hay no se enoje joven, no osea preocupe, estás van pro mi cuenta, usted tomeselas, se ve que las necesita"
Ya para que me dejara en paz tome su frasco y me metí a mi casa.
Mis padres no estaba y me moría de hambre, me encerré a mi cuarto sintiéndome miserable. Avente mi mochila, me acosté y me puse a ver mi celular. Mire viejas fotos cuando nuestra vida era mejor, todos sonriendo, sin problemas económicos, todos juntos y felices. Sin duda detestaba mi vida, avente el teléfono y me puse a llorar, deseando con todo mi ser que no vida cambiará, estaba harto de estas semanas dónde todo se fue al carajo desde que nos mudamos.
Aún tenía hambre, pero me sentía devastado, simplemente me hice un té de tila, de dos que compraba mi mamá, para relajarme. Mientras lo hacía recordé las gotas que la vecina castrosa me había dado. Las leí y decía "gotas cambia vida, si quieres un verdadero cambio, tomate estás gotas, remedia todas tus penas y librate de tus pesares" supuse que eran de esos productos milagro que vendían que según solucionaba todo, como pomadas o plantas milagrosas que casi siempre eran estafas. Pero no tenía qué perder, así que mientras le hechaba azúcar a mi té, le heche unas cuantas gotas.
Sabía delicioso, no me imaginaba que tuviera un sabor tan dulce.
Me lo termine en un par de tragos y me dirigí a mi cama.
Poco a poco fui sintiendo calor y empecé a sudar. Cómo me relajo mucho, tome mi teléfono y mire mi Instagram, chicas tan hermosas por todos lados, que no hacían nada más que lucir lindas, sacarse fotografías y con eso ya tenían su vida arreglada, sin preocuparse de nada. Sin duda las envidiaba en este instante. Ya mis ojos se cerraban, así que puse a cargar mi teléfono y me dormí. Esperando que mañana fuera un día mejor.
El día siguiente amanecí con un fuerte dolor de cabeza. De alguna forma sentí dolor en varias partes de mi cuerpo. Me sentía más cansado, como si no hubiera dormido agusto.
Levanté las cobijas y voltee a dónde siempre a ver mi teléfono, no lo sentí así que abrí los ojos, cuál fue mi sorpresa que estaba acostado en un sillón café. Fue raro ya que nuestro sillón era verde. Procedí a sentarme y me costó mucho trabajo levantarme, me sentía muy pesado. Cuando me senté sentí incomodidad, me picaba la cara, en ese momento me quite el pelo castaño oscuro que me estorbaba, pero espera... Porque me estorba el pelo si lo tengo corto?
Me jale el pelo y me dolió, todo se descontroló en cuanto ví mis manos, eran más oscuras, y no solo eso, sino que tenía las uñas maricuradas, con diseños y colores muy exagerados, las voltie un poco y pude ver qué tenía de lado un tatuaje de una ancla. Supe que algo andaba mal, así que me senté bien y desperté completamente, no me lo podía creer, estaba vistiendo una pequeña blusa rosada y un muy corto short azul con dibujo de unos changos que no se podía apreciar bien por lo corto y porque me estorbaban los senos, espera! Porque tengo senos?!?! En ese momento estaba congelado, como era posible esto, grite muy fuerte y de mi gargantao sonó una voz muy femenina. "Que chingados?"
Muy corta, quiero mas, me gusta n.n
ResponderBorrarBuena historia continuala por favor
ResponderBorrarGran trabajo ��
ResponderBorrarMe gusta la historia! Por favor continuala
ResponderBorrarEs muy buena la historia
ResponderBorrarEres muy escritora
Continúa :3
Bueno, se puede decir que el cambio no es como los genéricos de siempre o con una chica de ensueño...así que la historia está súper bien y original. continúa por favor :)
ResponderBorrarEsa es la idea. Explorando un poco cosas nuevas :)
BorrarOjalá me pasará a mi, esa neni no está nada mal jeje
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