Hola después de un rato. Los dejo con un capítulo más de esta historia que me está gustando escribir y me animo a regresar. Espero les guste, un gran saludo :)
Vista de Alondra.
No sabía lo que había paso ni nada. No sé ni cómo se me ocurrió salirme con tanta facilidad, dejarme llevar por la emoción y salir de la casa en esta situación. Era muy loco lo rápido que todo paso. Seguía sin creer que mi esposo y yo, de alguna manera habíamos intercambiado nuestros cuerpos. Era algo inimaginable que ahora estábamos viviendo. Inmediatamente saliendo de casa, tome su auto y me dirigí al estadio. No me tomo ni un minuto estar lista para salir a la calle, cosa muy rara, ya que siempre tenía que tomar mi tiempo para verme bien.
Cada paso era muy distinto en el cuerpo de Luis. Sentía muy cómodo no tener que usar sostén y solo estar con playera, una par de frescas bermudas que dejaban sus pelos de las piernas al aire y sin que ningun hombre me mirara, lo único UE me molestaba al principio era tener que lidiar con su pene, estaba muy duro y me dolía cuando se apretaba con las bermudas que tenía, además que sentia como la sangre circulaba a través de el, vaya que era algo que nunca había imaginado experimentar, además que sentia ganas de tocarlo.
Subí al carro, me abroche el cinturón sin tener que lidiar con mis boobies como siempre, además de que no tuve que hacer el asiento hacia adelante para alcanzar los pedales, ya que las piernas de mi esposo llegaban sin ningún problema.
Encendí el carro y en lo que calentaba el motor, me agarré el pene y jugué con el simulando que era la palanca del auto, lo hacía en dirección de todas las velocidades, me pareció gracioso y a la vez sentí un poco de placer, parecido a cuando me tocaba los pezones, lo tomaba con toda la mano y sentía aún más du palpitar y calor en mi mano.
Esa sensación me agradó mucho, me empeze a tocar mi miembro prestado un poco más, cuando de repente, un auto atrás del mío empezó a sonar el claxon, rápidamente reaccioné y puse el auto en movimiento, esa sensación fue algo rara, pero placentera, pero no debía de hacerlo en público, así que lo deje y puse el GPS con ruta hacia el estadio de fútbol.
Vista de José Luis.
Rápidamente como pude tome de la ropa que estaba en el cesto de la ropa sucia, no sabía que ponerme, así que agarre un brassiere y unas bragas tipo tanga de color blanco, los acerque a mi nariz y procedi a olerlos, solo tenían una puesta, así que rápidamente tome la tanga, la tire en el piso al lado de nuestra cama, metí ambas piernas dentro y poco a poco subí la tanga, vaya que se sentia bastante diferente a la ropa interior que yo solía usar, que eran solamente boxers. Sentí como esa suave tela se adaptaba perfectamente al cuerpo en donde me encontraba, en el medio sentí una parte muy suave, en donde recaía la vagina de Alondra, así como la parte trasera que entraba entre ambos glúteos y se sostenía gracias a las caderas, sentía como si no tuviera nada, la prenda era muy ligera y suave.
Procedi a ponerme el bra blanco que combinaba con la tanga que traía puesta. Siempre yo era aquel que le desabrochaba el brassiere a mi esposa cuando llegaba cansada o antes de dormir, y era una cosa que prácticamente podía hacer con los ojos cerrados, cosa que ahora era totalmente al revés, ponerme esa cosa fue muy difícil, lo tome con ambas manos, una en cada copa, las puse encima de cada seno, esa tela esponjosa me hizo sentir de forma muy intensa su roce con cada uno de los pezones de alondra, no sabía que eran tan sencibles, como pude metí las dos manos y con mucha dificultad logré cerrar el broche como si fueran dos puertas super pesadas y gigantes. Terminé escurriendo un par de gotas de sudor que casi no se notaban en el pelo largo que tenía. Me subí a la cama y me mire en el espejo, vaya que Alondra era muy hermosa, siempre mis familiares y amigos se burlaban de ella por su apariencia, pero después de que nos casamos, trabajo mucho en cuidarse y hacer dieta, y vaya que funcionó. Se veia tan hermosa y ahora yo era quien se reflejaba en ese espejo, me sentía algo raro al saber eso y ver que cada movimiento que hacía se veía reflejado inmediatamente en el espejo, me veía tan femenina.
No me pude aguantar así que tote el teléfono de mi esposa y me saque un par de fotos.
No sabía cuánto tiempo había tardado, vi el reloj y me tarde casi 1 hora estando ahi.
En ese momento, mi hermana estaba afuera de la casa tocando, no me dió tiempo de ponerme más ropa, así que fui a abrir la puerta en ropa interior, de todas formas mi hermana y esposa se llevaban bien, supongo que ya había confianza para eso. Así que abrí la puerta, me saludo de beso y la invite a pasar.
Ya se te extraña, gracias por continuar tu gran historia
ResponderBorrarMuchas gracias Mercedes, trataré de no abandonarlas tanto por acá u.u
BorrarAmigo por favor continua la historia, está increíble ��������
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